viernes, 26 de septiembre de 2014

El timo del piso de fábula

Cómo desconfiar de un misionero cristiano que lucha contra el sida en África cuando le ofrece a uno el alquiler de su piso en el centro de Madrid, con muebles elegantes e hidromasaje, a precio de ganga y con el único compromiso de cuidarlo como si fuera propio. Los timos se basan en la credulidad y la avaricia de las presas. Quien reúna estos defectos y busque una vivienda en la capital cumple con el perfil para acabar estafado por embaucadores que alquilan desde el extranjero sus apartamentos, tan falsos como ideales, en páginas web de anuncios de pisos.
La temporada de caza de incautos está ahora en su momento dulce. Estudiantes y trabajadores que se trasladan a la capital o cambian de casa entran en Internet en busca de algo decente y barato. Ahí les esperan curiosas ofertas escritas en inglés que abren la puerta a una gran ilusión -encontrar el piso ideal, bonito y barato- y, posiblemente, a un batacazo todavía más grande: el timo de la estampita hecho apartamento.
"Son grupos de gente que dice que vive en el extranjero, normalmente en Reino Unido, y pide que se le mande allí dinero a cambio de que ellos envíen las llaves de un piso a través de una agencia de envío; en cuanto cobran, se pierde el rastro del dinero". Un miembro de la Brigada de Investigación Tecnológica del Cuerpo Nacional de Policía describe la treta, que, según explica, llevan investigando con especial atención los últimos tres años.
Kelvin Jacob Ortiz es el curioso nombre con que se presenta un caco digital con el que contactó este periódico. En una conocida web de alquileres anuncia, en inglés, que "un fabuloso apartamento de una habitación le da la bienvenida en Madrid"; en Santa Engracia, una calle céntrica del distrito de Chamberí, por 300 euros al mes (el precio de una habitación en un piso compartido modesto). En su anuncio precisa que el apartamento tiene lujosas alfombras, relucientes baldosas de cerámica y un spa. No entra en detalles más básicos, como la superficie de la vivienda. Y jamás ofrecerán una dirección completa de la vivienda (piso, número o letra); a lo sumo, el número del edificio.
El señor Jacob cuenta que se ha tenido que ir de Madrid a Londres con su mujer y su hija, y advierte de que el dinero no es lo importante para él, sino encontrar un inquilino "honesto" que mantenga su piso limpio y ordenado. Envía un formulario de datos para rellenar y acaba su mensaje con una exhortación divina: "Dejemos todo esto en manos de Dios". Religión y África, dos ideas clave en los relatos de los anunciantes sospechosos que pululan por Internet, cebos piadosos para ingenuos. Entre los que respondieron al interés de este periódico por sus pisos hay misioneros cristianos, participantes en programas de lucha contra el racismo, la pobreza y el sida en África, misteriosas parejas instaladas en Nigeria por motivos de trabajo... Todos parecen excelentes personas, confían en la bondad del futuro inquilino y ninguno ha dejado en Madrid una copia de las llaves de su piso, regla que se cumple en cada caso.
-Señor Jacob, ¿podré ver su apartamento?
-Sí, mándame una fianza de 125 euros y te envío las llaves. Si no te gusta, te devuelvo el dinero en 10 minutos.
El supuesto timador promete al supuesto incauto en una conversación por ordenador que la operación es segura. Incluso acepta mandar una copia de su carné de identidad antes de que el otro se decida a mandar el dinero. Envía un DNI español, del modelo anterior al actual, ostensiblemente falsificado, con el nombre y el primer apellido sobreimpresos con una tipografía distinta al segundo apellido: Kelvin Jacob Marco Ortiz, hijo de Mariano y Maximina.
-Pero, ¿es usted español, señor Jacob? ¿Por qué no hablamos en castellano?
-Español, pero yo trabajo aquí con la gente inglés.
Una característica de esta clase de timos: la traducción del inglés al español mediante un programa informático.
Parece difícil que alguien no perciba la estafa, pero la proliferación de este tipo de anuncios sugiere lo contrario, como el hecho de que la policía ocupe su tiempo en investigar estos delitos. "Sigue habiendo perjudicados; todo tipo de gente", explica el miembro de la Brigada de Investigación Tecnológica. "A todos nos pueden engañar, hay quien tiene mucha habilidad; en algunos casos, por ejemplo, mandan el carné de una persona real, que puede ser el de otra a la que ya hayan estafado".
La policía asegura que los delincuentes suelen ser de otros países, rumanos y nigerianos, sobre todo. Actúan sin dejar pistas y reciben el dinero fuera de España. "Es complicado detenerlos. Lo que hacen no suele ser un delito, sino una falta, porque no se llevan más de 400 euros. Encima, como están en el extranjero, solicitar una comisión rogatoria para que los investigue un juzgado de otro país es un asunto muy largo...".
Esta estafa es bastante sencilla de realizar, puesto que se realiza a extranjeros que no pueden cerciorarse de que los inmuebles que les estan ofreciendo existen realmente y se dedican a jugar con la ilusion de la gente que viene a este pais en busca de una vida mejor y juegan con su ilusión para sacarles el dinero.

martes, 23 de septiembre de 2014


Timos en la era digital

Timos clásicos, como el del tocomocho o el de la estampita, han cobrado nueva vida en la era digital. Lo demuestra la sentencia de la Audiencia Nacional que acaba de condenar al cabecilla de una banda de origen nigeriano a 21 años de cárcel por una sofisticada versión del falso billete de lotería premiado. Prince Eneka Nwambu y sus socios realizaban envíos masivos de correos electrónicos en los se anunciaba al destinatario que había ganado una herencia millonaria o un suculento premio de un sorteo. A quienes picaron el anzuelo les reclamaban determinadas cantidades económicas para afrontar los gastos del inexistente boleto o de la ficticia herencia.
En los cinco años (entre 2005 y 2010) en los que operó, la banda estafó 8,8 millones de euros a 15 víctimas. Una de ellas —de origen estadounidense— llegó a transferir 3,8 millones con la esperanza de embolsarse nada menos que 580 de una tacada. Para dar una sensación de credibilidad, la banda contaba con la colaboración de un empleado de una oficina bancaria en Madrid. Este timo —conocido como las cartas nigerianas— requiere personas tan incautas como ambiciosas. Víctimas deslumbradas ante la posibilidad de obtener dinero fácil. Crédulos (más bien primos) como los que tan atinadamente reflejaba la película Los tramposos,protagonizada por Tony Leblanc. Si en el mundo real son frecuentes las estafas, con Internet la capacidad de engañar se ha multiplicado. La policía de delitos cibernéticos no da abasto.
Las actividades ilícitas en la Red no tienen límite. En esta época del año proliferan los fraudes relacionados con las vacaciones: alquiler de inexistentes apartamentos en la playa, fraudulentas ventas de billetes de avión, comercialización de viajes turísticos a través de agencias fantasma y un largo etcétera. Para atajar este tipo de engaños, generalmente de poca monta, es necesario que las autoridades policiales pongan todos los medios a su alcance a la hora de limpiar la Red de delincuentes. Pero también sería bueno reclamar un poco de sensatez a los ciudadanos para no caer en timos tan viejos como el de la estampita.
El incipiente numero de estafas y timos que esta teniendo lugar en nuestro pais no ha hecho sino incrementar en estos últimos años. Y timos tan antiguos como el de la estampita, se ha facilitado su realización gracias a la era digital en que nos encontramos, pues todo se encuentra interconectado y se accede de una manera mucho mas fácil y rápida a cualquier dato. La mayoría de estas estafas juegan con la ilusión de la gente de conseguir dinero fácil, pues en estos tiempos de crisis nunca viene mal una pequeña ayuda , y tampoco solemos prestar demasiada atención a como o de donde viene ese dinero, y en contadas ocasiones nos damos cuenta de que ese dinero que estamos recibiendo, es abrir una puerta de par en par a los estafadores para que accedan a nuestra información personal y bancaria y la utilicen a su antojo. 

martes, 16 de septiembre de 2014

Siete consejos para evitar timos en Twitter

Comunicar lo que hacemos a cuantos más internautas mejor es una bomba de relojería si no se controlan periódicamente las cuentas personales en las redes sociales. La empresa de seguridad Kaspersky ha difundido siete recomendaciones para evitar disgustos en Twitter,entre ellos el bloqueo de gente desconocida.
1. Cómo y cuándo bloquear. Tanto si son acosadores comospammers, antes o después habrá en la cuenta seguidores maliciosos. Es aconsejable revisar, periódicamente, los seguidores y bloquear a los que no consideremos adecuados, evitando que puedan leer nuestros tuits o actualizaciones.
2. Clientes de Twitter. Si eres un usuario regular de Twitter, es posible que hayas optimizado tu perfil con diferentes clientes, especialmente en el móvil. Tweetcaster y Plume son muy populares en Android; tweeTRO, Rowi y FlipToast para Windows 8; y Tweetdeck para iOS junto con Tweetbot, Janetter Pro y Osfoora. Dependiendo del cliente que utilices, las opciones de bloqueo de usuarios son diferentes.
3. Una buena contraseña. La primera medida para proteger el perfil escrear una contraseña robusta, larga, sin palabras incluidas en los diccionarios y que conste de caracteres no alfanuméricos. Twitter ha anunciado recientemente la incorporación del sistema de doble verificación.
4. Ojo a los trending topics. Los fenómenos más conocidos de Twitter son los trending topics y hashtags; medios para etiquetar el contenido y aumentar la popularidad. Los ciberdelincuentes utilizan los trending topics para ocultar enlaces maliciosos a páginas peligrosas. Los trollsutilizan esta técnica, enviando sus tuits como si fueran, por ejemplo, las víctimas de una tragedia y consiguiendo, así, que los usuarios pinchen en sus enlaces maliciosos.
5. No confiar en los acortadores de direcciones. Junto con el truco anterior, los trolls y timadores usan los servicios para acortar direcciones, como bit.ly, para ocultar el destino de sus enlaces. Si llega un tuit con un enlace acortado y no se conoce al remitente, la mejor opción es evitar pinchar en el enlace.
6. No compartir datos personales. Nunca se debe compartir en las redes sociales información confidencial como números de teléfono, direcciones postales o incluso fotografías de sus tarjetas de crédito.
7. No emplear wifi público, el equipo de otra persona o un ordenador público para acceder a tus perfiles personales de correo o redes sociales.